¿Te has dado cuenta que cuando estamos alterados, solemos decir que tenemos “un ataque de nervios” o “colapso nervioso”? Objetivamente, los nervios no colapsan, pero existe una razón por la que usamos estos términos: los impulsos.
Sentimos que cuando estamos nerviosos, solemos ser más impulsivos, como pequeñas tormentas eléctricas similares a las que ocurren a cada segundo dentro de nuestro organismo gracias al sistema nervioso.
Aunque no podemos culpa al sistema nervioso de nuestros arranques anímicos, sí podemos atribuirle (en realidad, agradecerle) su gran trabajo a la hora de coordinar y regular todas las funciones del cuerpo. Entonces, ¿qué podemos decir de los nervios?
Nervio trigémino y dolor facial
Dentro de los 12 pares de nervios craneales (encéfalo) y los 31 pares de nervios raquídeos (médula espinal), encontramos el nervio trigémino, que se ubica en el cráneo y “enerva” prácticamente toda la cara.
Cuando ocurre una disfunción de este nervio, pueden aparecer distintos síntomas: el más característico, es el dolor intenso y punzante en la cara, labios y lengua, que se desencadena al hacer actividades como cepillarse los dientes o masticar.
¿Por qué se origina y cuál es la solución?
Puede generarse por la compresión de una arteria o vaso sanguíneo sobre el nervio trigémino, lo que hace que exista una respuesta exagerada ante estímulos que normalmente no generan dolor. En este caso, hay medicamentos que pueden mejorarlo o también, la cirugía para eliminar la compresión.
Si tienes episodios de dolor punzante, que se repiten durante el día y varían en duración, consulta con un especialista para que te asesore con un diagnóstico oportuno y tratamiento indicado.
