Una guía para la alimentación saludable
Los alimentos son nuestra fuente de vida: los necesitamos para crecer, vivir, desarrollarnos, movernos y hasta, para dormir. Una alimentación saludable incluye vitaminas, minerales, proteínas, grasas saludables, fibra y otros elementos que nos entregan la energía que usamos a diario.
¿Cómo puedo saber si estoy comiendo de manera equilibrada?
Existen muchos consejos, tips e indicaciones sobre la alimentación saludable, y probablemente, varios de ellos (que hayan sido validados por médicos y/o nutricionistas) contribuyan a encontrar el equilibrio a la hora de comer.
Sin embargo, el “Método del Plato” es de los que más miradas ha acaparado si se trata de alimentarnos bien, con todos los nutrientes que necesitamos. Pero, ¿qué es y cómo ponerlo en práctica?
El “Plato Saludable” debería idealmente dividirse así: 1/2 de vegetales, 1/4 de granos integrales (quínoa, arroz integral, avena), 1/4 de proteína (limitar carnes rojas y procesadas) y para aliñar, moderar el consumo de aceites (preferir el de oliva, evitar hidrogenados).
Esta guía, que fue creada por expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, también entrega indicaciones sobre lo que deberíamos beber durante el día:
Tome agua, café o té. Omita las bebidas azucaradas, limite la leche y productos lácteos a una o dos porciones al día, y limite el jugo (zumo) a un vaso pequeño al día.
¿Qué pasa con los carbohidratos?
Los carbohidratos, también llamados “hidratos de carbono”, son una fuente importante de energía para nuestro organismo. Aunque últimamente han ganado “mala fama”, sobre todo entre quienes desean bajar de peso, es necesario incluirlos. ¡Nuestro cuerpo necesita fuerza para rendir!
En relación a esto, los expertos que crearon el Método del Plato afirman que lo importante es consumir carbohidratos saludables, de buena calidad: como vegetales, frutas, granos integrales y legumbres.
Lo que sí deberíamos evitar, son las harinas blancas y refinadas, como el pan blanco, arroz blanco, pastas y masas, ya que elevan los niveles de azúcar en sangre rápidamente y luego, producen el efecto contrario. Una vez que baja la glicemia, nuestro cuerpo nos pedirá más y más, prolongando este ciclo poco saludable.
¡Lo más importante, es que comas de forma equilibrada y lleves una vida activa!