Así como las construcciones deben contar con estructuras y materiales firmes para estar en pie durante años, nuestro cuerpo necesita huesos fuertes para que tengamos una buena calidad de vida hasta la vejez.
Los huesos son estructuras vivas, que se van renovando constantemente. Entre los 25 y 30 años, alcanzan su “punto máximo” de masa ósea, su peak en fuerza y densidad, y a medida que vamos envejeciendo, los huesos también comienzan a hacerlo.
¿Qué podemos hacer para evitar la debilidad ósea en el futuro? Una buena alimentación y estilo de vida saludable en la infancia puede ayudar a que nuestros huesos se mantengan fuertes, reduciendo las probabilidades de que se desarollen enfermedades como la osteoporosis o la artritis reumatoide.

Como padres, podemos inculcar buenos hábitos en nuestros hijos, asegurándonos de que estas tres áreas clave estén siempre cubiertas: dosis suficientes de calcio, vitamina D y ejercicio físico.
Vitaminas y minerales: lo que tus huesos necesitan
Tradicionalmente, nos han dicho que para tener unos huesos fuertes, debemos tomar leche todos los días cuando somos niños. Si bien, es una recomendación muy positiva, ya que la leche nos aporta buenas fuentes de calcio (220 mg por cada 200 ml de leche, lo que equivale a una taza), también debemos consumir otros alimentos que completarán la dosis necesaria.
¿Cuántos mg de calcio necesitamos a diario? Según lo señalado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, el periodo en que requerimos las mayores dosis de calcio es entre los 9 y 18 años (1300 mg). Esta cifra también aplica para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.

El consumo regular de alimentos como el yogurt, queso, jugo de naranja, frutos secos, garbanzos y el brócoli, entre otros, aportaran niveles importantes de calcio para que nuestros huesos estén saludables.
Si esto, lo complementamos con alimentos ricos en vitamina D, como atún, salmón, yema del huevo, champiñones y palta, estaremos sumando nutrientes esenciales para fortalecer nuestra masa ósea.
En cuanto al ejercicio físico, es positivo que los niños practiquen actividades como caminar, correr, saltar y escalar, ya que el propio peso corporal y la gravedad, hacen que los huesos aumenten su capacidad para soportar el impacto generado al llevarlas a cabo.
¡Toma en cuenta estos consejos y ayuda a tus huesos a mantenerse saludables!